Hermano Gabriel
Un día como hoy, un 24 de noviembre de 1864, el Hermano Gabriel, después de haber estado por este mundo, haciendo el bien, a todos con los que se encontró, emprendió un viaje, en donde se iba a encontrar con el Amigo, por quien entregó toda su vida, desde su más tierna infancia, Jesús.
Ha sido una gracia el haberle conocido y haber aprendido tanto de él.
Siempre estuvo atento a las necesidades de los más débiles. Para todos tenía una palabra de aliento, y sus manos estaban disponibles para ayudar en lo que hiciera falta.
Por eso, hoy, todos los que formamos la Familia SA-Fa, nos sentimos muy orgullosos y damos gracias al Dios de la vida, por habernos permitido gozar de la presencia del Hermano Gabriel, y por todo lo que nos ha enseñado.
¡¡Qué alegría sentimos, al saber que nos ayuda desde el cielo, que nos transmite su fuerza espiritual, y su ánimo, para seguir extendiendo por todos los rincones de la tierra, el mensaje de Jesús, su y nuestro Gran Amigo!!
Gracias H. Gabriel, y sigue contando, con todos nosotros.
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