“ESPERAR QUE PARAR”
“Estad alegres, os lo repito, estad alegres”
(Flp 4)
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia:
¡El Señor va a llegar!
¡Preparad sus caminos, porque ya se acerca!
Adornad vuestro corazón
como una novia se engalana el día de su
boda.
¡Ya llega el mensajero!
Juan Bautista no es la luz,
sino el que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas
cada uno de nosotros quiere ser
antorcha del Señor que brille,
llama que caliente.
¡Ven, Señor, a salvarnos,
envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!
Reflexión de Adviento
Como el Adviento suele
ser tiempo de un consumo extraordinario, en vistas a la Navidad, la generosidad
debe ser un elemento que se haga presente en la actividad pastoral. Es una manera de educar para la generosidad (para darse). Por eso en
la misa dominical se pueden proponer un decálogo de acciones de adviento que
despierten el sentimiento solidario. Si conviene se puede repartir en
octavillas como una quiniela con casillero para poner una cruz y al domingo siguiente
la presentación de ofrendas puede realizarse con los compromisos que la gente
haya realizado:
NO ES LO MISMO ESTAR DE SERVICIO,
QUE ESTAR AL SERVICIO.
Dedicar
dos horas de una tarde a prestar un servicio desinteresado en una ONG, o a una
persona realmente necesitada, que nunca lo pueda agradecer.
Ofrecer
un cantidad significativa de lo que vaya a gastar para mí en Navidad para
Cáritas, sin que nadie se entere.
Pararme
a hablar personalmente con un pobre que pida en la calle. Y tratar de escuchar
bien lo que me diga.
Darme
un paseo, con alguien, por un barrio marginal, tratando de observar mucho.
Después, me pregunto qué me está diciendo Dios a través de lo que he
contemplado.
Invitar
a mi mesa a un pobre o a alguien que esté solo para que comparta en nuestra
familia la cena de Navidad.
Hacer
una limpieza general de mis pertenencias personales. Destinarlas a un
necesitado. No poner mala cara al hacerlo.
Escribir
una carta sentida a alguien que la espere (anciano, misionero, persona aislada,...).
Puede ser anónima si es más conveniente. Debe despertar esperanzas.
Visitar
un hospital, o un centro de discapacitados, o un asilo,... y tratar de
compartir, de escuchar, de acoger. No estorbar. No buscar protagonismos
inútiles.
Leer
un periódico reciente. Hacer una lista de problemas que aparecen. Orar con
ellos. Una oración de escucha... silenciosa, ... muy atenta...
Vender
lotería a otra gente para una causa de solidaridad. Comprometerse a pasar
vergüenza por realizar una acción así.
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