A TU VERA
Eres como este árbol enraizado en fértil suelo, de gran porte, ancha copa, fresco, verde, que da flores y frutos en su tiempo. Que cobija bajo sus ramas pájaros y otros animales en busca de alimento, de sombra, de protección, de casa. Al que se le acercan niños juguetones, ancianos que pasean, parejas exultantes y que disfruta acompañándoles, riendo con sus bromas, preocupándose con sus problemas, compinchándose con sus confidencias y dándoles sombra.
¡Claro que lo eres!
Y todo gracias a ese río que fluye constante, silencioso, sin hacerse notar. Que refresca, nutre, acompaña.
¡Agradéceselo!, ¡Reconocelo!, ¡Mantente a su lado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario