“Todo lo definitivo lleva el sello del
silencio
que abre espacios
de libertad, disponibilidad, receptividad.”
San José se caracterizó por su silencio. La vida de San José fue una vida de oración y silencio permaneciendo
de este modo en diálogo con Dio. Trabajador
y honesto para mantener a su familia. Padre y esposo, supo responder
con fidelidad el cumplimiento de
sus deberes, en un constante y silencioso servicio. El Papa Benedicto dijo
«dejémonos invadir por el silencio de San
José”, el ruido nos impide escuchar o percibir las grandes verdades de la
vida.
María es el paradigma del “silencio” de Dios, más misteriosamente silencioso y gratuito cuanto más íntimamente sentido. En la historia de la salvación, ella es “la gran silenciosa” en los textos sagrados; y lo es, además, por su plenitud espiritual y su directa vinculación con el misterio. Cuando decimos “silencio de María”, queremos decir profundidad, plenitud, fecundidad, dominio de sí misma, madurez humana, y lo que lo sintetiza todo: humildad y fidelidad”.
Nosotros, Familia Sa-Fa hoy: ¿Estamos dispuestos a ejemplo de María y José en Nazaret; a un silencio respetuoso y puesto al servicio de la escucha? ¿Ese silencio que ayuda a tener una mirada hacia dentro para meditar y conocer la voluntad de Dios?
José en su silencio da testimonio de su profunda fe y generoso amor por su familia.
ResponderEliminarMaría nos enseña lo que es la vida contemplativa sin dejar de de lado sus rasgos más humanos.
Gracias por su comentario. Vivamos el silencio que nos permite escuchar a Dios.
ResponderEliminarPyNSHAISNGI MARNGAR
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