La paz es un don de Cristo que se experimenta cuando:
- se
vive en la sencillez de Nazaret,
-
como el Hermano Gabriel, se viven las pruebas con paciencia y con la confianza puesta en Dios,
- se
adquiere una madurez humana y religiosa,
- se
vive en equilibrio vital (ternura y firmeza, cordura y entusiasmo) y en unidad de vida: armonía entre la oración, el trabajo y la
vida de Comunidad,
- se
vive en todo momento el amor,
- se
lleva una vida alegre, sencilla y humilde,
- se
vive con todas sus consecuencias la pobreza (liberación
interior) y la castidad por amor a Cristo,
-
Cristo está presente por medio de la oración (momentos del espíritu que pacifican el interior),
- se
evitan los excesos que perjudican la salud,
- se muere para vivir la Pascua, pero sabiendo que la verdadera felicidad y plenitud llegará cuando resucitemos después de nuestra muerte.
(Prólogo de las Constituciones de los Hermanos de la Sagrada Familia)
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