La
palabra “Compromiso” encierra un gran significado,
pero en términos sencillos se trata de un convenio, de una obligación contraída
por medio de un acuerdo, promesa, “alianza” o trato que se hace entre dos o más
personas.
“Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es
el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con todas tus fuerzas. Conservarás estas palabras que te mando hoy en
tu corazón, y se las enseñarás a tus hijos, y las dirás sentado en casa y andando
por el camino, al acostarte y al levantarte” (Deut 6, 4-7) .
Al crearte, Dios ha querido establecer una alianza personal contigo; con un sentido similar a lo que hoy es el anillo que se entregan los novios como muestra de su deseo y compromiso de amarse toda la vida. Es la relación paterna y de amor que Dios estableció con Abraham y Moisés, y a través de ellos con el pueblo de Israel (Antigua Alianza); y después por medio de Jesús con cada cristiano en la Iglesia (Nueva Alianza).
El Hno. Gabriel se entregó con todas sus fuerzas a la realización de la misión que Dios le encomendó: "Después de la gloria de Dios, la salvación de las almas era la finalidad hacia la cual tendían todos sus esfuerzos” (Positio, 855-856)
Nuestro compromiso nazareno habría de ser:
Vivir más
intensamente nuestra vida cristiana inspirándonos en la Sagrada Familia de
Nazaret; donde el trabajo, la oración y la fraternidad sean nuestra constante
orientación espiritual.
Como Jesús
María y José ser testigos y anunciadores de la Buena Nueva para que alcance el
corazón de nuestros hermanos.
Asumir la tarea y la dificultad de hacernos hombres y mujeres en este mundo, de humanizarnos y humanizar nuestros ambientes de vida, de colaborar para la construcción de un mundo más justo y fraterno…
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