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OCTAVA DE NAVIDAD: ¿Y TÚ QUIÉN ERES? BUSCA TU ESTRELLA. NACIMIENTO, PORTAL O PESEBRE

 


Bueno, después de estas experiencias personales de los personajes… la clave está en preguntarse… ¿y quién soy yo? En esta historia, en mi historia de salvación ¿Quién soy yo? ¿Qué papel estoy desempeñando? ¿Quién me adjudica ese papel? ¿mis amigos, mi familia, mi pareja, la sociedad… yo? ¿Dios qué papel juega en quién soy yo? ¿Qué personaje me identifica… qué cualidades/defectos? ¿Qué es lo que no quiero tener de los personajes…? ¿Cuál es la actitud que más me gustaría poseer? ¿Con qué se ha iluminado mi corazoncito con estos relatos…? ¿Dónde palpitó más fuerte? ¿En quién deposito mis ilusiones, fuerzas y esperanzas? ¿Dios tiene lugar en mis decisiones importantes o ni cuento con él porque no es relevante?



OCTAVA DE NAVIDAD: ¿Y TÚ QUIÉN ERES? BUSCA TU ESTRELLA. MARÍA MADRE.

 


Voy a ser sincera, ser madre tan pronto no entraba en mis planes, y mucho menos el ser Madre de aquella manera… porque muy probablemente sería madre soltera con todo lo que ello implica. En ocasiones sentí vergüenza… si, parece raro…pero me avergonzaba llevar la palabra hecha carne (a lo mejor alguna vez os habéis sentido igual cuando habéis dicho que sois seguidores de mi hijo). Todo fue muy particular, por mucho que ahora parezca, lo del Ángel fue más un susto que una alegría… ¡el susto que me dio! ¡Buf!! Estaba convencida de que aquello me venía grande, y en algún momento me rondó por la cabeza el NO, es más incluso después de todo aquello pensé que habrá sido algo de mi imaginación. La convivencia en familia era tan normal… que en algún momento me plantee que aquello había sido un sueño, que nada sería real.

Fueron años muy duros los primeros, varias veces nos mudamos… y bueno, que os voy a contar de la dureza del final… Pero si os soy completamente sincera y haciendo balance… MERECIÓ la pena o como decía mi hijo fui muy DICHOSA.

Cuando me analizan en la actualidad he de decir que a veces arrugo un poco la frente diciendo… pero… ¿que se creen? Mi Hijo, sí, era Dios, pero yo era una persona normal, del día a día, de ir al mercado, conversar con mis vecinos, ayudar en mi casa a los míos… Vamos que tenía los problemas y la vida de alguien como vosotros. Es verdad que di un SI que no era fácil, pero estoy seguro que vosotros también tenéis momentos parecidos… agarraros a ellos, a esos momentos difíciles en los que vuestra respuesta fue un SI. No tengáis miedo… entregaros y sobre todo ser fieles a vuestro corazón, el miedo es la herramienta para crecer, cualquier decisión tomada que no conlleve un riesgo, en la que no nos de miedo… suelen ser elecciones fáciles y vacías. Miedo da ir contra corriente, apostar por el mensaje, hacerse catequista, preguntarse qué me pide Dios, creer que Dios espera mucho de mí porque a quien Dios dio los talentos tiene la obligación y la responsabilidad de ponerlos al servicio. Yo soy María y di un si aunque tenía miedo y no estaba segura… ¿y tú quién eres?



OCTAVA DE NAVIDAD: ¿Y TÚ QUIÉN ERES? BUSCA TU ESTRELLA. SAN JOSÉ.

 


Hola soy José, quizá pienses que soy un poco el pringado de toda esta historia, quizá no conozcas mucho mi historia, e incluso quizá me veas como el tipo ese enigmático o “pagafantas”… Bueno la verdad es que me plantee repudiar a María. Sí, yo la amaba, pero… a ver, tenéis que entenderlo… ¿qué podía hacer?… Sólo había una cosa que me podía más que el enfado que sentía mi corazón, y era la vergüenza de que los demás supieran de aquello. Quizá ahora mismo podéis pensar que me pasé un poco y que bueno… no fui del todo bueno con María… pero, ¿acaso vosotros no os habéis sentido con vergüenza ante algún ser querido? ¿No habéis dudado de amigos/familia/pareja? Acaso me podéis decir que vosotros no habéis juzgado antes de conocer todos los datos… o basándoos en los datos parciales… Quizá en este mundo de habladurías, en la que los pasillos de las pastorales parecen tertulias de prensa rosa… o en la que juzgar al otro se ha convertido en deporte olímpico… o en la que veis programas y “realitis” juzgando las miserias del otro… o peor aún utilizarlas como método de entretenimiento…

Sí, yo juzgue a María, la prejuzgue y no la creí… pero también confié en mis sueños, creí que Dios tenía un sueño para nosotros, confíe en Dios a pesar de las circunstancias e incluso a pesar de las evidencias… Mi nombre es José ¿y tú quién eres?



OCTAVA DE NAVIDAD: ¿Y TÚ QUIÉN ERES? BUSCA TU ESTRELLA. MULA Y BUEY.

 


¡Oooh!! ya estamos con el clásico desprecio: son animales… ¿estos qué van a saber? No se enteran de nada, no tienen sentimientos… y un largo etc en el que la empatía de los humanos brilla por su ausencia. La verdad es que podemos decir de manera orgullosa el papel tan importante que tenemos los animales… Recordad que fuimos creados antes que vosotros… y si no a repasar el Génesis… La idea básicamente era que vosotros cuidarais de nosotros, os encargaríais de la creación de que todo funcionara “bien”… no sé, ¿lo estáis haciendo bien? Nosotros somos conscientes de nuestro lugar, del papel que nos corresponde en el ciclo, de nuestro papel para con los demás… pero… no sé yo si los humanos estáis muy al corriente de todo esto… Aquel Jesús lo dejó bien claro… quiso nacer en el lugar donde nosotros vivimos… entró triunfal en Jerusalén en el animal más humilde… no nos esclavizó, nos puso al servicio del Evangelio y nos dignificó con sus guiños constantes para hacernos partícipes de su mensaje… Aunque, como de costumbre, a vosotros os guste tanto el protagonismo… somos conscientes de nuestro lugar en la historia y de nuestro cometido… Sabemos que no fuimos los más importantes… pero ya conocéis lo que dijo el maestro… “Quien quiera ser el más importante de vosotros… que sea el servidor de todos”. Nosotros somos los animales (mula y buey) y ¿tú quién eres?



OCTAVA DE NAVIDAD: ¿Y TÚ QUIÉN ERES? BUSCA TU ESTRELLA. POSADERO


 


A decir en mi favor es que estaba todo ocupado… Como ellos anteriormente habían venido miles de personas con las mismas o peores circunstancias… No puedo decir a todos que si ¿a vosotros no os pasa? ¿No hay veces que no podéis decir a todo el mundo que sí? Es verdad que me inspiraban mucha ternura… e incluso se puede decir que me daba mucha pena. Pero como digo, no había sitio. Ese día estaba en mil cosas con mil ocupaciones… no podía pararme a atender las peticiones de alguien a quien no podía dar servicio. ¿Vosotros no habéis tenido a veces cosas más importantes que hacer que atender a Jesús?

La vida del posadero es dura… Siempre al servicio, siempre pendiente de que todo esté perfecto… siempre dispuesto a las peticiones de los clientes. El ajetreo es un no parar, poco tiempo hay para pararse, pensará disfrutar, compartir…. Tampoco te puedes implicar mucho en las vidas de los demás porque la realidad es que aquí todos están de paso… Unos vienen y otros van… No puedes involucrar los sentimientos en el trabajo… porque si no acabas mal. Hay que mantener las formas, la cabeza alta y sobre todo no implicarte personalmente, estoy desbordado al oír historias y dramas… y si me hundo con cada uno no ¡Vivo!!

La verdad que hice lo que pude con lo que tenía, deberían darse por contentos que les conseguí un lugar… Hacemos lo que se puede tal y como están las cosas… Yo soy Andrés el Posadero y ¿tú quién eres?