TE ACOMPAÑAMOS

Los Hermanos de la Sagrada Familia, tus hermanos, te acompañamos en la preciosa tarea de hacer de tu vida una apuesta por Cristo y sus preferidos.

Si estás buscando tu OPCIÓN DE VIDA, cuenta con nosotros, estamos a tu disposición: equipovocacionsafa@gmail.com

NAZARENE VIRTUES: CHASTITY

 


VIRTUDES NAZARENAS: CARIDAD


Vivir el espíritu de familia es vivir el espíritu de caridad La caridad es la virtud sobrenatural por la que amamos a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. 

En esta virtud se encuentran la esencia y el núcleo del cristianismo, es el centro de la predicación de Cristo y es el mandato más importante. Jn 15, 12; 15,17; Jn 13,34, “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros”, por lo tanto, es la base de toda espiritualidad cristiana. 

El amor hacia a Dios y hacia el prójimo aparecieron constantemente en la vida del Hno. Gabriel, en la cumbre de su experiencia religiosa escribe a los Hermanos: “El espíritu de cuerpo y familia, contribuye en gran manera queridos hermanos a la prosperidad y a la fuerza de una Congregación religiosa. Nace de la caridad, y en consecuencia, de Dios que es la caridad misma. Todos los miembros que componen una comunidad en la que de verdad existe este espíritu, tienen un solo corazón y un alma sola; se aman y se ayudan mutuamente, comparten las alegrías, las penas, los éxitos y los fracasos de todos; las atenciones recíprocas y una entrañable fraternidad unifican los espíritus y caracteres más diversos…y Dios reina sobre todos....en una comunidad así se encuentran la paz, la satisfacción y todas la virtudes” (C 21, Hno. Gabriel) 

 El espíritu de caridad, en la forma de “espíritu de familia” es el núcleo vital de la espiritualidad de nuestra Familia Safa, nace del amor a Dios y se corona con un amor profundamente abnegado y fraterno por los demás. 

Teniendo como referencia los lazos vitales que unían a la Sagrada Familia de Nazaret; en donde las relaciones de maternidad, de paternidad, de filiación y de familiaridad fueron vividas desde esa armonía profunda del amor a Dios y el amor a los demás. Al igual que Jesús, María y José nosotros nos sentimos llamados a vivir en esa armonía. Vivir este espíritu de Familia es vivir entregados al bien común, pendientes los unos de los otros, dispuestos a ayudar y servir a Dios y a los demás con una atención especial hacia los más pequeños y necesitados, a quienes se encuentren en alguna dificultad. 

 Qué cada uno de vosotros haga todos los esfuerzos para que este espíritu se introduzca cada vez más en nuestra congregación y así gocemos por anticipado de la felicidad del paraíso” (H Gabriel)

VIRTUDES NAZARENAS: AMOR

 

Salmo 107

Dad gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor.

Que lo digan los que el Señor ha liberado,

los que él ha rescatado de la mano de los opresores,

los que ha reunido de todos los países

del norte y del sur, del este y del oeste.

Andaban errantes por el desierto solitario

sin encontrar camino de ciudad habitada;

hambrientos y sedientos, su vida se agotaba.

En su angustia gritaron al Señor, 

y él los libró de sus apuros.

Los puso en el camino justo 

y llegaron a ciudad habitada.

Den gracias al Señor por su amor,

por sus milagros en favor de los humanos.

Porque él apagó la sed de los sedientos

y colmó de comida a los hambrientos.

Habitaban en tinieblas y en la sombra mortal,

prisioneros de miseria y de cadenas,

por haberse rebelado contra las órdenes de Dios

y haber despreciado los designios del altísimo.

Él los sometió a trabajos durísimos,

caían agotados y nadie les echaba una mano.

En su angustia gritaron al Señor, 

y él los libró de sus apuros,

los sacó de las tinieblas y la sombra mortal 

y rompió sus cadenas.

Den gracias al Señor por su amor,

por sus milagros en favor de los humanos.

Él hizo pedazos las puertas de bronce,

hizo saltar los barrotes de hierro.

Andaban como locos en sus desvaríos,

abrumados bajo el peso de sus culpas;

tenían asco de cualquier comida 

y estaban a las puertas de la muerte. 

En su angustia gritaron al Señor, 

y él los sacó de sus apuros.

Envió su palabra y los curó, 

los libró del sepulcro.


NAZARENE VIRTUES: FRIENDSHIP

There are so many types of relationships that can produce protective benefits for our mental and physical health, and I imagine that they look different for every person. But I introduce today a type of friendship that I think might resonate with common life and community life of the religious in particular—holy friendship.

The Constitutions of the Holy Family Brothers (Articles 95 and 159) give us different values or attitudes one should have to make a holy friendship. One should be imbued with the family spirit, live a genuine fraternal life. They should love one another. And try to be of one mind and one heart, open minded. They should compete in kindness and accepting one another, forgiving etc. being sensitive to the problems of the loved and believed one. He must overcome the selfishness.

The above virtues or values help to create a climate of real friendship which help to find an effective balance that is indispensable to live a common life and community life. And will be more effective in the pastoral mission.

 

Friends are the Family We CHOOSE AND LIVE


VIRTUDES NAZARENAS: AYUDA RECÍPROCA

 



Para poder pronunciar la palabra “ayúdame” hace falta tener mucha humildad y sensibilidad hacia el otro.

Cuando el ingrediente de la gratitud entra en la dinámica de la colaboración, de la ayuda mutua, hay buena sintonía y relación. Nos toca actuar de forma gratuita, con todos. Sin fijarnos en las debilidades, ni los defectos. Sino valorando lo poco o mucho que tienen, aquellos que Dios ha puesto a nuestro lado.

No tenemos que aplazar el hacer el bien. Nos toca aquí y ahora. Es el tiempo. Es nuestro tiempo. Son muchos los que nos necesitan. Son muchos los que nos esperan. Son muchas manos a las que debemos acoger. Son muchos que esperan nuestro abrazo fraterno, nuestra acogida desinteresada.

Nos toca celebrar, vivir y alegrarnos, porque la fiesta no ha terminado, es más no debe terminar.

Y, tú y yo estamos llamados a llevar el agua que da vida a tantos niños y jóvenes con los que compartimos vida. Así lo entendió el Hno. Gabriel. Y por eso nos organizó esta gran fiesta. Un convite de hermanos dispuestos a derramar lo mejor que tenemos, desinteresadamente.

¡Qué bien entendió lo que significa ayudarse unos a otros! No podemos dejar de colaborar con quien me toque. La diferencia nos hace crecer y se construye mejor.

VERTUS NAZARÉENNES: LA JOIE


"La paz y la alegría son dones pascuales que Cristo ofrece a los hombres de hoy en las comunidades de los Hermanos" 
(N° 6 Constituciones 
de los Hermanos de la Sagrada Familia).

VIRTUDES NAZARENAS: AMABILIDAD

 


CULTIVAR LA AMABILIDAD PARA MOSTRAR A CRISTO

Dios llama a todos los cristianos a ser amables, pero la “amabilidad verdadera”, que nace de la búsqueda de mostrar el rostro de Cristo (Gál. 6,10) y del amor que se tiene al prójimo y  que tenemos a Dios. 

Pensemos en cómo Jesús trataba a los demás…¡Cuánta dulzura sintió la mujer adúltera en medio de la hostilidad de los judíos!

Porque ser amable es ser: tierno, humilde y sensible; conocer qué postura y respuesta se adecua para cada ocasión. Indica amabilidad y el deseo de extender misericordia a otros, y un deseo de someterse tanto a la voluntad de Dios como a las preferencias de otras personas

Así lo vivió nuestro Hno. Gabriel:

“El Hno.  Gabriel ha sido un hombre para los demás, demostró siempre tantas delicadezas y un amor fraterno hacia quien se hallaba en la necesidad y sentimientos de perdón cristiano hacia sus “enemigos”. Hacia sus Hermanos, en particular, alimentaba un amor paterno, se interesaba de su salud, los acompañaba con la oración, les escribía con frecuencia. Sabia conquistar la confianza y escogía todos los medios oportunos para acercarse a las personas.” Quería ayudar a la juventud sacándola de la calle” Relatio et vota

Exploremos nuestro interior y observemos nuestra relación con los demás y con Dios. ¿Estamos realmente entregando nuestro amor al que se cruza con nosotros?

La respuesta indicará cuánta amabilidad perciben los que nos tratan.